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Ángel Díaz Huertas

Córdoba, 1866 – Dos Hermanas (Sevilla), 1937

  Este pintor e ilustrador cordobés, fue uno de los cuatro hijos -Ángel, Josefa, Manuel y Antonia- de Abelardo Díaz y Concepción Huertas y Mira. Su padre tenía una imprenta en Córdoba llamada “El Guadalquivir” en la calle Pescadores nº. 17 y era director de un periódico en la ciudad. Ángel contaba con siete años cuando, junto a su padre y toda la familia, marcharon a Madrid con la idea de que Abelardo se abriera camino en su profesión.

  A los doce años alcanza su primer premio en un concurso de dibujo en Madrid, lo que quizás fuera un incentivo para que su padre aceptara que estudiase Bellas Artes. Por las mañanas, Díaz Huertas estudia en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, recibiendo las primeras lecciones del pintor catalán Juan Sandó y, por las noches, asiste a clases de dibujo que se impartían en el Círculo de Bellas Artes. En poco tiempo, Díaz Huertas se reveló como un dibujante excepcional y un maestro en el manejo del lápiz. Más tarde, comienza a dibujar para diferentes publicaciones como La Ilustración Española y Americana –donde se publicaron sus primeros trabajos-, La Esfera, La Gran Vía y La Ilustración Ibérica, pero será en la revista Blanco y Negro, donde con sus escenas costumbristas, se convertirá en uno de los ilustradores más afamados de aquel tiempo. Estuvo casado con la cordobesa Genoveva del Álamo y tuvieron cuatro hijos.

  Durante su carrera, presentaría algunas de sus obras –óleos y acuarelas- a diversas exposiciones como las Nacionales, donde alcanzaría tres terceras medallas. En 1901 y 1904, volvería a ser premiado con dos medallas de tercera clase por la obras En la Sala de Expósitos -este año también presentó otro trabajo titulado Amor de madre y Cómicos sin contrata.

  El pintor valenciano Manuel Benedito (1875-1963) llegó a decir de él que “era el ilustrador más grande de su tiempo, dentro y fuera de España”. Durante algunos años residiría en Dos Hermanas. Poco después regresaría a Córdoba donde, en 1904, fue nombrado profesor auxiliar interino de la sección artística de la Escuela Superior de Artes Industriales de Córdoba y, en ese mismo año, fue admitido como socio accidental del Círculo de la Amistad, siendo presentando por el artista y escultor cordobés Mateo Inurria que era socio de esta entidad. Durante un tiempo residiría en nuestra capital hasta que, debido a unos problemas cardiacos, volvió a Dos Hermanas, donde falleció el 9 de marzo de 1937.

Díaz Huertas en el Círculo

 

  A principios del siglo XX, el Círculo contaba con tres grandes salones: Rojo, Azul y Amarillo o de Recepciones, además de un salón pequeño de café. En 1904 y presentado por el escultor Mateo Inurria, fue admitido Díaz Huertas como socio accidental del Círculo.

  Dos años más tarde, concretamente en el mes de enero, las crónicas del Diario de Córdoba nos sitúa a Huertas “pintado cinco panneaux para el salón de entrada a la derecha del Círculo”, que se encontraba en obras por reforma del local. Estos óleos representaban a Los Cinco Sentidos Corporales que va a decorar el llamado salón Rojo, hoy Sala de los Sentidos.

  En la Junta General Ordinaria del Círculo de la Amistad del 17 de enero de 1906, una vez leída y aprobada el acta de la junta anterior, se mencionaban diversas reformas como la del Salón Azul destinado a acoger conferencias y otros actos de índole cultural, espacio decorado por Agustín Inurria y José Casares. Asimismo, señalaba la gran labor que, el pintor cordobés Julio Romero de Torres había realizado con los “cinco panneaux que ornamentaban los muros del indicado salón”. Y, finalmente, se citaba a Ángel Díaz Huertas cuyo “saloncito de entrada está próximo a terminar”. 

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